sábado, 6 de abril de 2013

CUENTO


EL AGUA DE LA VIDA
Cuentos de los hermanos Grimm
Hubo una vez un rey que enfermó gravemente. No había nada que le aliviara ni calmara su dolor. Después de mucho deliberar, los sabios decidieron que sólo podría curarle el agua de la vida, tan difícil de encontrar que no se conocía a nadie que lo hubiera logrado. Este rey tenía tres hijos, el mayor de los cuales decidió partir en busca de la exótica medicina. - Sin duda, si logro que mejore, mi padre me premiará generosamente. - Pensaba, pues le importaba más el oro que la salud de su padre.

En su camino encontró a un pequeño hombrecillo que le preguntó su destino. - ¿Qué ha de importarte eso a ti?, ¡Enano! Déjame seguir mi camino. El duende, ofendido por el maleducado príncipe, utilizó sus poderes para desviarle hacia una garganta en las montañas que cada vez se estrechaba más, hasta que ni el caballo pudo dar la vuelta, y allí quedó atrapado. Viendo que su hermano no volvía, el mediano decidió ir en busca de la medicina para su padre: "Toda la recompensa será para mí."- pensaba ambiciosamente.

No llevaba mucho recorrido, cuando el duende se le apareció preguntando a dónde iba: - ¡Qué te importará a ti! Aparta de mi camino, ¡Enano! El duende se hizo a un lado, no sin antes maldecirle para que acabara en la misma trampa que el mayor, atrapado en un paso de las montañas que cada vez se hizo más estrecho, hasta que caballo y jinete quedaron inmovilizados. Al pasar los días y no tener noticias, el menor de los hijos del rey decidió ir en busca de sus hermanos y el agua milagrosa para sanar a su padre.

Cabalgando, encontró al hombrecillo que también a él le preguntó su destino: - Mi padre está muy enfermo, busco el agua de la vida, que es la única cura para él. - ¿Sabes ya a dónde debes dirigirte para encontrarla? – Volvió a preguntar el enano. - Aún no, ¿me podrías ayudar, duendecillo? - Has resultado ser amable y humilde, y mereces mi favor. Toma esta varilla y estos dos panes y dirígete hacia el castillo encantado. Toca la cancela tres veces con la vara, y arroja un pan a cada una de las dos bestias que intentarán comerte.

- Busca entonces la fuente del agua de la vida tan rápido como puedas, pues si dan las doce, y sigues en el interior del castillo, ya nunca más podrás salir. – Añadió el enanito. A lomos de su caballo, pasados varios días, llegó el príncipe al castillo encantado. Tocó tres veces la cancela con la vara mágica, amansó a las bestias con los panes y llegó a una estancia donde había una preciosa muchacha: - ¡Por fin se ha roto el hechizo! En agradecimiento, me casaré contigo si vuelves dentro de un año.

Contento por el ofrecimiento, el muchacho buscó rápidamente la fuente de la que manaba el agua de la vida. Llenó un frasco con ella y salió del castillo antes de las doce. De vuelta a palacio, se encontró de nuevo con el duende, a quien relató su experiencia y pidió: - Mis hermanos partieron hace tiempo, y no les he vuelto a ver. ¿No sabrías dónde puedo encontrarles? - Están atrapados por la avaricia y el egoísmo, pero tu bondad les hará libres. Vuelve a casa y por el camino los encontrarás. Pero ¡cuídate de ellos!

Tal como había anunciado el duende, el menor encontró a sus dos hermanos antes de llegar al castillo del rey. Los tres fueron a ver a su padre, quien después de tomar el agua de la vida se recuperó por completo. Incluso pareció rejuvenecer. El menor de los hermanos le relató entonces su compromiso con la princesa, y su padre, orgulloso, le dio su más sincera bendición para la boda. Así pues, cerca de la fecha pactada, el menor de los príncipes se dispuso a partir en busca de su amada.

Ésta, esperando ansiosa en el castillo, ordenó extender una carretera de oro, desde su palacio hasta el camino, para dar la bienvenida a su futuro esposo: - Dejad pasar a aquel que venga por el centro de la carretera,- dijo a los guardianes – Cualquier otro será un impostor.- Advirtió. Y marchó a hacer los preparativos. Efectivamente, los dos hermanos mayores, envidiosos, tramaron por separado llegar antes que él y presentarse a la princesa como sus libertadores: - Suplantaré a mi hermano y desposaré a la princesa - Pensaba cada uno de ellos.

El primero en llegar fue el hermano mayor, que al ver la carretera de oro pensó que la estropearía si la pisaba, y dando un rodeo, se presentó a los guardas de la puerta, por la derecha, como el rescatador de la princesa. Mas éstos, obedientes le negaron el paso. El hermano mediano llegó después, pero apartó al caballo de la carretera por miedo a estropearla, y tomó el camino de la izquierda hasta los guardias, que tampoco le dejaron entrar.

Por último llegó el hermano menor, que ni siquiera notó cuando el caballo comenzó a caminar por la carretera de oro, pues iba tan absorto en sus pensamientos sobre la princesa que se podría decir que flotaba. Al llegar a la puerta, le abrieron enseguida, y allí estaba la princesa esperándole con los brazos abiertos, llena de alegría y reconociéndole como su salvador. Los esponsales duraron varios días, y trajeron mucha felicidad a la pareja, que invitó también al padre, que nunca volvió a enfermar.

Adivinanzas

ADIVINANZA

1)Está en el rio,
Está en el mar,
Cae del cielo,
Y al cielo va.


2)Adivina, adivinador, adivinadora,
¿por qué gastamos tanta agua,
y nunca se acaba?


3)Corre, corre sin parar
hasta que llega al mar, 
y si está limpio,
peces habrá.


4)Como el algodón
Suelo en el aire flotar
A veces otorgo lluvia
Y otras, sólo
Humedad.


5)Desde el día que nací en una montaña
Corro y corro sin cesar
 Corro de noche y de día,
Hasta que llego al mar.


6)En mí se mueren los ríos,
Y por mi los barcos van,
Muy breve es el nombre mío,
Tres letras tiene no mas.


7) Son una bolitas blancas,
Que rebotan en el suelo,
Aunque se recojan pronto,
Se deshacen entre los dedos.





1.El agua 2. El ciclo de agua 3. Rio 4. Nube 5.Rios 6. Mar 7.Nieve

Poema


POEMA

Unas gotitas muy curiosas
querían la Tierra conocer,
pidieron ayuda al viento
para que las hiciera descender.
El viento les dice amistoso:
- Muy juntas se deben de poner,
para que formen gotas de lluvia
y a la Tierra puedes caer.
Sobre la hierba verde del
campo
en forma de lluvia han caído,
unas gotas
refrescan las plantas
y otras gotas se unen al río.
El agua avanza contenta
siguiendo su largo camino,
regando a derecha e izquierda
las dos orillas del río.
Y al llegar al ancho mar,
después de un largo
recorrido
cansadas ya de tanto viajar,
piensan en su nube con
cariño.
- Amigo, amigo Sol,
calienta, calienta un poquito,
que estamos cansadas del
viaje
y queremos subirnos contigo.
Suben las gotas contentas
porque el sol las está calentando
y, convertidas de nuevo en vapor,
una nube nueva están formando.

Cancion


CANCION

CICLO DEL AGUA
(al ritmo de la conga)

Agua, agua, agua
El ciclo del agua
Agua, agua, agua
El ciclo del agua.

Sube a la atmosfera,
Como gas el agua.
Se evapora el agua,
Agua, agua, agua.

Se convierte en nubes,
Si se enfría el agua.
Se condensa el agua,
Agua, agua, agua.

Se llenan las nubes
Se precipita el agua
Como lluvia cae
Agua, agua, agua.

Una vez que cae
Se colecta el agua
Océanos o en la tierra
Se contiene el agua
Agua, agua, agua.